La Casona Gastronómica es una construcción del siglo pasado, un lugar donde las historias del ayer se sienten vivas y los momentos de hoy encuentran un escenario distinto para suceder.
Detrás de su jardín florido y sus pasillos silenciosos, conviven tres cocinas con alma propia, cada una con su ritmo, su atmósfera y su forma de acompañar. Aquí, cada rincón sugiere una forma distinta de quedarse: terrazas al sol, salas acogedoras, espacios íntimos o mesas largas para compartir. Hay luz que entra suave por las ventanas, aromas que cambian con cada paso, y una sensación constante de estar en un lugar que fue pensado para quedarse un rato más.
Puedes elegir un ambiente, una cocina, una charla sin prisa, o sentarte en la cafetería y reunirlo todo en una sola mesa. Porque en esta casona lo importante no es solo lo que se sirve, sino lo que nace alrededor del plato: una mirada, una conversación, una memoria.
Una casona con historia,
y con espacio para todas las que están por escribirse.
Chilatería es el alma mexicana de La Casona. Una cocina que nace de la tradición guerrerense y se expresa con libertad, carácter y antojo. Aquí, cada platillo lleva algo de historia, algo de calle, algo de casa.
El sabor no se esconde: se celebra. Entre birria, mezcales, botanas y hamburguesas, ocurre lo que en México sucede cuando hay comida en la mesa: la conversación se extiende, la risa es más amplia y todo se llena de vida. Como en una fiesta del pueblo, donde el fuego siempre está encendido, la música no se planea y la comida convoca.
Porque hay cocinas que no solo alimentan: alegran, abrazan, acompañan.
La belleza de lo efímero vive en los momentos compartidos. Bajo una luz cálida, la mesa se vuelve refugio. Este es un espacio donde todo fluye con suavidad: la conversación, el silencio, el tiempo.
La cocina toma inspiración de Japón y se nutre de lo que crece en esta tierra. Verduras frescas del valle, ingredientes del otro lado del mar y una preparación que busca armonía de lo esencial.
Ven a vivir un instante que no se repite, pero permanece en la memoria. Como esa cena que se alarga sin querer, una mirada que no necesita palabras, o el sabor que regresa, mucho después, cuando ya no estás aquí.
Manarola no se vive: se contempla.
Inspirado en el pueblo enclavado en las laderas de Cinque Terre, donde el color, la piedra y el mar conviven en silencio, este espacio invita a detenerse, observar y disfrutar lo esencial. La cocina honra la tradición italiana con autenticidad y mesura: pastas frescas, salsas preparadas al momento, y pizzas con una mezcla armoniosa entre ingredientes del Mediterráneo y verduras que nacen al pie de los volcanes.
Aquí, todo sucede con naturalidad. La conversación se vuelve más suave, el tiempo pierde urgencia y lo que se comparte deja una huella sutil, que te invita a volver.
Sé parte del hilo. Experiencias íntimas, talleres con cupo limitado y encuentros que se viven una vez.
La Casona Gastronómica Sin Culpas
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